Hoy día ya no cabe ninguna duda de que los procesos económicos son en gran medida afectados por los conflictos bélicos.
Y es obvio también que la propia guerra es una actividad económica, un negocio, ya que requiere grandes inversiones, mucha fuerza de trabajo, mucha gente apoyándola, mucho dinero de por medio, y sobre todo que la guerra no se improvisa, sino que necesita una planificación anticipada que implica la administración de los recursos con los que se cuenta para esta a fin de obtener la victoria. Como decía Napoleón, la guerra es “dinero, dinero y dinero”.
Y es obvio también que la propia guerra es una actividad económica, un negocio, ya que requiere grandes inversiones, mucha fuerza de trabajo, mucha gente apoyándola, mucho dinero de por medio, y sobre todo que la guerra no se improvisa, sino que necesita una planificación anticipada que implica la administración de los recursos con los que se cuenta para esta a fin de obtener la victoria. Como decía Napoleón, la guerra es “dinero, dinero y dinero”.
Sabemos que, casi siempre, la guerra es inflacionaria porque implica el crecimiento y fortalecimiento de industrias de demanda asegurada que tienen capacidad para subir los precios de sus productos. Al mismo tiempo, genera un aumento de la actividad económica pero, al estar ligada a diversos sectores de menor fortaleza, improductivos y con menos capacidad de generar riquezas afecta la vida económica. Lo que tiene que ver, a su vez, con la destrucción que siempre conlleva y con la caída de las inversiones de empresas improductivas.
La guerra constituye una perdida permanente, una desviación de recursos hacia la destrucción.
La guerra tiene costes claros que están vinculados a la destrucción, a la obtención del armamento y de todo lo que es necesario para llevarla a cabo.Se quiera o no, lo que gastamos en preparar la guerra o en hacerla, no podemos dedicarlo a construir la paz y a satisfacer nuestras necesidades.
La guerra constituye una perdida permanente, una desviación de recursos hacia la destrucción.
La guerra tiene costes claros que están vinculados a la destrucción, a la obtención del armamento y de todo lo que es necesario para llevarla a cabo.Se quiera o no, lo que gastamos en preparar la guerra o en hacerla, no podemos dedicarlo a construir la paz y a satisfacer nuestras necesidades.
Siempre, cuando se hablaba de las relaciones entre la guerra y la economía se trataba de valuar estos diferentes costes y compararlos, si es que los hubiera, con sus beneficios.
Pero actualmente la naturaleza de la guerra ha cambiado y, por tanto, también cambian las relaciones entre ella y la economía.
En primer lugar, la guerra de nuestros días no afecta sólo o principalmente a los aparatos militares sino que también afecta y es sufrida por la sociedad civil, por las personas normales y corrientes y por las infraestructuras que no están directamente vinculadas a objetivos militares. Eso significa que sus costes se multiplican cuantitativa y cualitativamente, aumentando de manera sorprendente el efecto económicamente destructor a medio y largo plazo
Pero actualmente la naturaleza de la guerra ha cambiado y, por tanto, también cambian las relaciones entre ella y la economía.
En primer lugar, la guerra de nuestros días no afecta sólo o principalmente a los aparatos militares sino que también afecta y es sufrida por la sociedad civil, por las personas normales y corrientes y por las infraestructuras que no están directamente vinculadas a objetivos militares. Eso significa que sus costes se multiplican cuantitativa y cualitativamente, aumentando de manera sorprendente el efecto económicamente destructor a medio y largo plazo
También la guerra se globaliza y sus daños y efectos de todo tipo se extienden en mayor medida, de manera que no solo afecta a países si no a naciones por igual.
Al parecer la guerra comienza a ser un fenómeno que deja de ser un momento de conflicto para convertirse en un estado permanente de violencia.
Los conflictos armados, constituyen hoy el principal compromiso de la agenda internacional creando un clima de inseguridad, de agresión, de destrucción y de muerte que afecta a las relaciones económicas. No es de ninguna manera casual que las mayores potencias económicas sean las que salvaguardan su poder mediante los ejércitos mejor dotados y financiados.
Al parecer la guerra comienza a ser un fenómeno que deja de ser un momento de conflicto para convertirse en un estado permanente de violencia.
Los conflictos armados, constituyen hoy el principal compromiso de la agenda internacional creando un clima de inseguridad, de agresión, de destrucción y de muerte que afecta a las relaciones económicas. No es de ninguna manera casual que las mayores potencias económicas sean las que salvaguardan su poder mediante los ejércitos mejor dotados y financiados.
Se dice que uno de los principales motivos de la crisis que se está viviendo hoy en día es la guerra de Irak, ya que Estados Unidos invirtió billones de pesos en ella lo cual trajo consigo un efecto económico destructivo, y al verse afectado estados unidos afecta por consiguiente a México ya que nuestra economía se encuentra en gran medida ligada a los costes que en el país vecino se manejen.
Combatir a la violencia en cualquiera de sus formas significa construir la paz, y la paz requiere otro tipo de relaciones económicas que se basen en la igualdad para poder erradicar la miseria y poder dedicar los recursos necesarios a satisfacer las necesidades de todos los seres humanos sin excepción.
nos gusto mucho su articulo esta bien redactado!
ResponderEliminarlas felicito niña trabajaron muy bien...
sigue asi willirms@hotmailcom. visita willirms.blog,spot.com
ResponderEliminarcomo afectan las 2 guerras a Colombia la situación económica
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